El Par Biomagnético es una nueva manera de curar
Sabemos que el par biomagnético no es la simple colocación de imanes y que si un paciente no se cura no es porque nos falten pares por descubrir o técnicas nuevas que aplicar.
Creo sinceramente que esto va por otro lado.
La simple realidad de la energética empleada con nuestros pacientes y la frecuente benevolencia de los resultados obtenidos mediante la teleenergética ya nos indican claramente lo contrario.
¿Qué somos?. ¿Quiénes somos?. Y si no, ¿por qué no son reproducibles las exploraciones y resultados de uno u otro terapeuta? ¿por qué nuestros resultados mejoran con el tiempo y la experiencia? ¿por qué tantas curaciones “especiales”’? ¿por qué tantas dudas en nuestra praxis?.
Sabemos que muchas de los problemas nos vienen de mezclar esta “nueva manera de curar”, mediante energías, con toda la terminología de la medicina alópata referida a microbios (que siempre serán dependientes de un terreno específico para el mismo y que es sobre el que actuamos) y terminología clínica de enfermedades que solo describen síntomas o asociaciones de los mismos.
Sin embargo, las observaciones clínicas realizadas por el descubridor de la misma hace que debamos estudiarlo y aplicarlo teniendo en cuenta esta terminología.
Es demasiado importante el legado dejado por el maestro como para no apreciarlo en su justa medida.
Pero intentemos cada vez mas no referirnos a patógenos concretos o a enfermedades en particular, que con frecuencia pueden ser malinterpretados por el paciente o por nuestros compañeros alópatas.
Esto es una medicina energética.
Trabajamos con energías magnéticas, propias y mediante imanes.
Y no despreciemos la energía magnética ya que forma parte de 3 de las 4 fuerzas físicas fundamentales, y como decía Richard P. Feynman (Premio Nobel – 1965): Ahora nos damos cuenta de que el fenómeno de las interacciones bioquímicas y finalmente la vida misma tiene que ser entendidas en términos de electromagnetismo.
Pero tampoco despreciemos la energía propia , el llamado magnetismo animal por Mesmer, o lo que me gustaría llamar la “Intención” a partir de ahora.
Sabemos que nos queda una fuerza física fundamental más por descubrir, esa que le daría sentido a la Teoría del Todo o del campo unificado de Einstein.
Desde los experimentos de Masaru Emoto con “los mensajes del agua”, mucho se ha publicado e investigado con respecto a la Intención.
A esa fuerza que está unida a todo lo que existe en el cosmos y que parece tener alguna relación con el ADN humano a la hora de ser expresada o canalizada por él.
Creo que este es el gran aporte que puede tener el Nuevo Par Biomagnético en el avance del conocimiento humano.
El que nos haga pensar en “que” y “quienes” somos, tanto nosotros como nuestros semejantes.
Quiero terminar con una frase del Dr. Ángel Escudero en su libro “La voluntad vence al dolor “que nos decía ya en 1973: “Dios ha puesto en la naturaleza humana cualidades maravillosas que están esperando ser utilizadas”.
Dr. Salvador Gutiérrez Rodríguez de Mondelo