Conocemos como “Fascitis Plantar” a la aparición de un dolor generalmente agudo y punzante que se produce a nivel del talón y planta del pie por la inflamación de la fascia plantar que es una banda gruesa de tejido conectivo que atraviesa la planta del pie y conecta el hueso del talón con los dedos de los pies.
Tratamiento de la fascitis plantar
Su tratamiento es, con frecuencia, lento, molesto y frustrante con la medicina alópata, utilizándose desde la modificación del calzado y uso de plantillas hasta antiinflamatorios, infiltraciones de corticoides o de factores de crecimiento plaquetarios, etc., resultando un tratamiento complejo y de resultados pobres a corto plazo.
La incapacitación del paciente para su actividad diaria suele durar semanas o meses, afectando al 10 % de las personas al menos una vez en su vida.
Tratamiento de la fascitis plantar con el par biomagnético
Para el Par biomagnético, la Fascitis plantar se produce por la acumulación de toxinas bacterianas a nivel de dicha fascia provenientes de más de un par biomagnético que pueden localizarse en cualquier otro sitio del cuerpo y no necesariamente en las extremidades, y que, una vez acumuladas sus toxinas en la fascia plantar, ocasiona la distensión de los tejidos y la inflamación de la misma.
Su tratamiento con el Par Biomagnético consistirá en encontrar dichas alteraciones energéticas a través de sus correspondientes pares biomagnéticos identificativos de una patología y tratarlos mediante la neutralización de los mismos con fuerzas magnéticas de mediana intensidad, aplicadas según los principios ya conocidos por todos los terapeutas del mismo.
Como es una sesión para tratar la fascitis plantar
Una vez neutralizados los pares biomagnéticos responsables, lo cual suele ser posible habitualmente en la primera sesión, habrá que eliminar las toxinas provenientes de los mismos y acumuladas en la zona dolorosa de la planta del pie, para ello, generalmente, al mismo tiempo que tratamos los pares biomagnéticos responsables, colocaremos, durante 15 a 20 minutos, un imán negativo, negro, en la zona dolorosa y un imán positivo, rojo en el riñón del mismo lado que el pie tratado.
Aunque esto suele ser suficiente para que el paciente salga de nuestra consulta bastante mejor de lo que entró y con mucha menos sintomatología dolorosa, muy frecuentemente resulta conveniente que se lleve dos imanes a su domicilio y que repita este tratamiento de negativo en el área dolorosa y positivo en el riñón homolateral de 1 a 3 veces al día, hasta la total desaparición del dolor, lo que debe conseguirse en muy pocos días y no en semanas o meses como ocurre con otros procedimientos terapéuticos.
Esto logrará que el paciente venga totalmente recuperado, la mayoría de las veces, en la siguiente sesión que tendremos en una o dos semanas.